Carta de amor comprensible

¿Sabes?:

Entenderé que los adoquines no lleven mi nombre, que toques el suelo cada vez que caminas. Entenderé también que cada gesto de mi rostro no te construya un puzle perfecto, comprenderé que siquiera te persigan esos gestos, en cada momento, para aparecer como asaltantes de rutinas. Entenderé, mi amor, que cuando yo no esté puedas respirar con normalidad, sin notar que mi frente es tu capa de ozono. Seré comprensivo siempre que me llames y no te devuelva la llamada y no sientas en ese momento que el mundo se detiene, que ya no tiene sentido; comprenderé el hecho de que los días sigan teniendo un calendario que corresponde al de los demás y no se resuman entre los días que me ves y los que no me ves.

Entenderé todos los días que salgas de mi cama sin volver a los cinco minutos porque es el lugar donde quieres pasar el resto de tu vida, como también entenderé que no forme parte de las conversaciones, de todas ellas, ya sean de trabajo, de fútbol o de amistad, porque cualquier excusa hubiera sido buena para nombrarme. No me enfadaré cuando se te olvide mi cumpleaños o el día en que nos vimos, o el día en que te agarré la mano, entenderé que no recuerdes cada una de las prendas que llevaba puestas en nuestra primera cita.

Seré comprensivo, amor, cuando me digas que borraste los mensajes de tu móvil porque tenías el buzón lleno y no te entraban más, o cuando me cuentes que hoy estás cansada para venir a verme, que mejor otro día, sin que pase por tu cabeza la idea de que un día que no pases conmigo es un día que no has vivido. Entenderé que no sufras con el atisbo de que el mundo se va a terminar mañana y no me dijiste aquello que siempre me quisiste decir. Comprenderé que las estrellas sigan siendo luces en el cielo, la luna un satélite con fases que retornan y el sol eso que sale por las mañanas. Como también entenderé que el sistema planetario, el cosmos, siga siendo un misterio nunca incomparable con las veces que te mire o deje caer mis párpados.

Seré comprensivo todos los días de mi vida contigo, amor, cuando no hagas ninguna de estas cosas, ni ninguna de los millares que no te cuento por no alargar esta carta hasta el infinito, por una razón muy sencilla… Lo entenderé porque me doy cuenta de que resulta imposible querer a nadie como lo hago yo contigo, tanto y tantas veces que no hay medida en la matemática que lo recoja. Es inviable resumir las veces que te lo diría sin decírtelo y que te lo digo sin que lo sepas. Lo comprenderé porque firmo un duelo con cualquier hombre del mundo a que no me alcanza en pasiones, deseos, pesares y desalientos.

Pero no te confundas, amor. No es mío el mérito ni el logro. No tratan estas letras de transmitirte lo mucho que soy capaz de quererte y lo enamorado que puedo estar de ti. Intento decirte que ninguno podremos ser como tú. Se trata, y ya lo dejo, de contarte lo mucho que enamoras y lo imposible que resulta quererte y no hacer todas las cosas que te acabo de escribir, ni ninguna de los millares que no te cuento por no alargar esta carta hasta el infinito.

Por eso cambiaré el te quiero del final por la adoración que te profeso.

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