duerme la ciudad y una muchacha negra entra en el bar.
grita que los blancos huelen mal
…hacía meses que no tenía insomnio.
Hoy está aquí, sentado junto a soledad.
Los tres discutimos lo que ha sucedido hoy.
El uno contento, la otra enfadada.
Argumentos repentinos en una noche donde el otoño seguirá siendo hermoso en la Selva de Oza,
mientras aquí…
argumentos repentinos en una noche de otoño,
en Madrid no sé si es otoño aun
les pido silencio, pero no callan
más argumentos repentinos en una noche cualquiera.
Hacía meses que no tenía insomnio.
Hoy al menos tengo argumentos.
Argumentos repentinos en una noche distinta.
El insomnio es como un círculo, cuando parece irse comienza
vuelves al punto de partida
quieres salir por la tangente,
como una excusa,
como un cobarde que no afronta la situación
pero estás donde empezabas
o no
a lo mejor estás al principio de algo
pero quieres verlo como el final
En el centro del círculo, como una canción,
argumentos repentinos de una noche después de.
Han entrado la sonrisa y la preocupación,
van siempre de la mano
pero solo puedes bailar con uno de ellos
de hacerlo con ambos te pisarás tu propio pie.
Me besan, con esmero la primera,
el segundo pincha por su barba.
Se sientan,
somos demasiados en el sofá, que ahora es cama.
Alguien sobra pero
¿por qué me da la sensación de que soy yo
si soy el único que paga el alquiler?
Uno a uno me interpelan
veo iconos de no conectado,
todos dormís, cabrones, me dejáis aquí
rodeado de argumentos repentinos de una noche sin tregua.
No os juzgo, os envidio.
Lo mejor del sueño es que callan porque están como ausentes.
Pero a estos no los calla ni dios,
porque no existe
o existe y no quiere
o existe y no puede
o existe y, hete aquí la mejor de las ironías,
se ha quedado dormido.