– ¿Te importa?
Le dijo él mientras agachaba la cabeza para poder cobijarse bajo el paraguas con flores de ella.
– ¿Y a ti?
Le dijo ella mientras le ofrecía el mango del paraguas, con forma de pato, para que él lo elevara un poco y se hiciera responsable.
– No.
Contestó él mientras separaba el codo abriendo una puerta a que ella se agarrara.
– Vamos
Dijo ella agarrando su brazo y apretándose fuerte para no mojarse.