Hubo un tiempo en que te sorprendías a ti misma en cada cosa, como pionera en planeta extraño; un tiempo en que tenías capacidad de sorpresa, esa sorpresa dulce de las primeras veces.
Hubo un tiempo donde con ansiedad buscabas caricias y las pestañas eran señales en morse.
Hubo un tiempo en que escribías tus propios futuros imposiblemente posibles.
Guarda todo lo que pasó después en un pensamiento que envíes al olvido.
Y vuelve allí. Volvamos juntos