Un día tuviste esos ideales que hoy se aquejan del reuma de los compromisos; tuviste sueños que hoy se derriten al sol de una cínica resignación que alimentar; luchabas, recuerdas, contra injusticias que ahora son solo molestias de telediario y de tertulia.
Un día fuiste otro, buscabas ballenas míticas en el mar, o gigantes vencidos que ofrecer a una dama.
Un día fuiste, en realidad, el mismo que eres ahora, pero sin la excusa del devenir de los acontecimientos, sin la melancolía de que nunca viste ninguna mítica ballena y sin las derrotas frente a molinos que son damas que si existieron pero no eran como soñaste