No hay escenario suficiente
para representar
tu gesto único:
ese, tan tuyo, inimitable,
ese que siquiera sabes que haces
cuando miras sin mirar.
No hay telón
que finalice tu obra en dos actos:
párpado y sonrisa.
"Bienvenido a mi casa. Entre libremente por su propia voluntad. Deje parte de la felicidad que trae."
No hay escenario suficiente
para representar
tu gesto único:
ese, tan tuyo, inimitable,
ese que siquiera sabes que haces
cuando miras sin mirar.
No hay telón
que finalice tu obra en dos actos:
párpado y sonrisa.