Los mensajes que no nos enviamos son como las fotografías que salían veladas.
Nunca sabremos si salíamos bien.
"Bienvenido a mi casa. Entre libremente por su propia voluntad. Deje parte de la felicidad que trae."
Los mensajes que no nos enviamos son como las fotografías que salían veladas.
Nunca sabremos si salíamos bien.