Que tu miedo no sea el censor de la felicidad, que tus lágrimas no borren los recuerdos hermosos, que tu culpa no prevalezca en la derrota, que el silencio no sea una alternativa impuesta, que la soledad te elija, como tú a ella, que desees siempre lo mejor a quien no lo pudo ser, que el reencuentro futuro os de la razón en la mirada sin palabras.
Amén.