Desconozco si fue a las cinco,
Las cinco en punto de la tarde.
Si fue rosa, garza, o
la luna que no quiso ver.
Desconozco si la espesura
de las anémonas gimen oscuras.
Nunca supe si era mozuela
cuando vino conmigo al río,
O fue el jinete quien
tocó el tambor del llano.
Lo que si sabemos, federico eterno,
Es que la tristeza no tendrá jamás
tu valiente alegría