Ese día infinito
de las almas que se esperan,
con sus noches desiertas.
Esos silencios longevos
que desviven las horas,
sucesos de nada a quien decir.
Esa espiral de espacios
vacíos, profundos y oscuros,
cuevas con nadie a quien besar.
Esas noches insomnes
de sueños, pasillos y habitaciones
que son desiertos y destierros.