Creo que la felicidad se reparte y el amor se comparte.
Nunca ahorres en cualquiera de los dos.
Caducan en el cajón de la soledad.
Mueren aparte.
"Bienvenido a mi casa. Entre libremente por su propia voluntad. Deje parte de la felicidad que trae."
Creo que la felicidad se reparte y el amor se comparte.
Nunca ahorres en cualquiera de los dos.
Caducan en el cajón de la soledad.
Mueren aparte.
No necesito nada que no sea nuestro todo.
Eres la mujer de mi vida porque eres la vida hecha mujer.
Me gusta no terminar películas contigo; me gusta cambiar el plan a última hora; me gusta que lleguemos tarde; me gusta que se nos enfríe la comida; me gusta que se nos olvide bajar la basura; me gusta que no sepamos lo que hacer; me gusta que nuestra planta esté a riesgo de sequía; me gusta que tengamos pendiente colgar esa balda.
Porque son nuestras imperfectas vidas reales juntos.
Están las personas que son planetas solitarios, por decisión propia o por frío abandono. Están las que tienen a su pareja como un satélite alrededor, girando en torno a su ego. Están las que son el satélite, felices sin vida propia y órbita dependiente. Están las que son el sol de muchas otras, calor que quema pero intocables por castigo. Están las rodeadas de anillos a veces dorados, a veces celdas en realidad.
Y estás tú, universo infinito que puedes elegir qué planeta quieres poseer.
Si no soy el que más te quiere,
si no soy el que más te admira,
si no soy el que más cree en ti,
si no soy el que siempre te apoya,
si no soy el que mejor te conoce,
si no soy el que que menos duda,
Si no soy yo el yo que mereces,
no soy yo, entonces.
Y años después, tras miles de besos, risas, llantos, alegrías, viajes y esperas en aeropuertos y trenes, tras incontables mensajes y silencios, llamadas y sorpresas…
Seguían teniendo su primera cita.
Los días normales en los que no estás tienen ese tedio de la rutina, lentos y sin sabor. El tiempo sencillamente pasa sin ofrecerte esperanza. Todo es recorrido hasta el día siguiente.
Los días normales contigo suceden entre la sorpresa de un beso y la adorable rutina de un sofá compartido. El tiempo vuela inexorable sin remedio y todo es esfuerzo por detenerlo.
Nos sentamos bien.
Nos sentimos bien.
Tú eres el momento más importante del día porque hay momentos contigo que son un día entero.